Tributo al Cardenal Eterno

Exposición conmemorativa del V Centenario de su muerte

Más de un año de trabajo. 1.200 metros cuadrados de exposición con alrededor de 350 piezas provenientes de distintas entidades documentadas y recogidas a su vez en un cuidado catálogo con docenas de colaboraciones… La Catedral Primada homenajea al que fue su obispo durante 22 años con una iniciativa única e irrepetible que permanecerá en el templo hasta el próximo mes de febrero. Resumimos las claves de este gran proyecto expositivo para los que vayan a sumergirse en él y, sobre todo, para los que no puedan físicamente pero quieran hacerlo a través de estas páginas, en papel o en su versión digital, desde cualquier rincón del mundo. Es una sencilla y humilde forma de hacer, si cabe, más universal y eterna la figura de Cisneros.

 

    CONTENIDOS EXPOSITIVOS

La España de Cisneros. De los cuatro reinos a la unificación

Cisneros nació en una España medieval, campesina, pobre y dividida en el reino de Navarra, el reino nazarí de Granada, la corona de Castilla y la de Aragón. Y murió en una España unida por los Reyes Católicos y renacentista que, con el descubrimiento de América, alumbró una época de crecimiento social y económico. Con su trabajo como arzobispo primado y como regente, el cardenal eterno se convirtió en el verdadero protagonista de esa histórica transición.

Los obispos antecesores. La cara y cruz de Cisneros

Carrillo y Mendoza son dos nombres que marcaron la vida de Cisneros. El primero ordenó su encierro en prisión al poco tiempo de regresar de Roma como arcipreste de Uceda, cargo que Cisneros obtuvo por una decisión personal del papa Pablo II y que no debió gustar al todopoderoso arzobispo de Toledo. El segundo, cardenal-consejero de Isabel la Católica, le excarceló y rehabilitó, primero, como capellán de Siguenza, y más tarde como confesor de la Reina. Fue el mentor de Cisneros, que le sucedió tanto como arzobispo primado como consejero real.

Biografía, imagen y objetos personales. De fraile a regente

Esta parte de la exposición reúne numerosos objetos personales, pinturas, esculturas y referencias literarias sobre Cisneros. Las citas que ilustran esta página de Hernando del Pulgar y Pedro Mártir de Anglería, dibujan sus rasgos antropomórficos, su forma de ser y su forma de vivir. Y en todas podrá encontrar al sencillo fraile que acabó marcando para siempre la historia de España y la de la Iglesia católica.

La muerte del Cardenal…que unió la púrpura y el sayal

El 8 de noviembre de 1517, a los 81 años, Cisneros fallece en Roa cuando viajaba a Valladolid para encontrarse con Carlos I, el futuro rey y emperador de España. Un año antes, tras la muerte del rey Fernando, el Cardenal volvía a asumir por segunda vez la regencia de España. El Cardenal murió ejerciendo el doble papel que la historia le había encomendado, el de hombre de Estado y hombre de la Iglesia.

Capilla Mozárabe. Convivencia de culturas y homenaje a los cristianos mozárabes.

Cisneros ordenó en 1502 unir el espacio de la antigua Sala Capitular y de la capilla dedicada al Corpus Christi para construir un espacio donde celebrar el llamado rito hispano-mozárabe o visigótico, cuya práctica había desaparecido en casi todo el territorio español por la invasión árabe. En realidad, Cisneros quería mantener vivo el culto que aún practicaban en Toledo los mozárabes —los cristianos que mantenían su fe viviendo en territorio islámico—, por la riqueza teológica, litúrgica y cultural que suponía, en una ciudad en la que la convivencia de culturas siempre fue su insignia. Dos años después, la Capilla Mozárabe comenzó a celebrar misas diarias en ese antiguo rito, una tradición que aún se conserva en la Primada. El Cardenal también mandó imprimir en letra latina el misal y el breviario del rito hispano-mozárabe, conservado en viejos códices, con el fin de hacerlo perdurar en el tiempo.

Cisneros, pastor y reformador. La modernización del clero medieval

Cisneros fue el encargado de poner en marcha la reforma religiosa en España que los Reyes Católicos deseaban para “modernizar” la Iglesia heredada de la España medieval. Y lo hizo desde la Catedral de Toledo, dejando además una huella indiscutible en la Iglesia católica universal. Empezó por la reforma de su propia orden (enviando a muchos frailes franciscanos a evangelizar a la nueva América para poner fin a los abusos de los colonos a los indígenas, y fomentando el movimiento espiritual de la llamada “observancia” frente al “conventual”), y continuó con la modernización del clero diocesano y el de otras órdenes religiosas y monásticas.

Cisneros y las minorías. El cardenal fraile

Cisneros no sólo dejó su huella material en la Catedral, sino en numerosas iniciativas sociales en Toledo y en otras muchas ciudades. En todas ellas, como en otros aspectos de su vida, demostró su humildad y una especial comunión con los más necesitados. Mucho se ha escrito sobre la faceta de hombre de Estado del cardenal y poco sobre el perfil de sencillo fraile que huía de fastos y siguió vistiendo los hábitos bajo de la pomposa ropa arzobispal.

Los albores de la evangelización.La misión de Cisneros en el nuevo mundo

Junto a antiquísimas pilas bautismales utilizadas para la conversión al cristianismo de los árabes tras la reconquista de la península, documentos sobre la expulsión de los judíos, una muestra de armas de la época o maquetas de los navíos con los que se cruzó el atlántico para descubrir América, descubrirá documentos que demuestran la influencia benefactora de Cisneros en su papel evangelizador, como las instrucciones precisas de la reina Isabel la Católica para que los indígenas de la nueva tierra fueran bien tratados.

Cisneros Regente. Confesor, consejero y dos veces regente

La exposición destaca que “(…) Cisneros, en algo más de veinte años, desde su promoción a arzobispo de Toledo (1495), siguiendo por su nombramiento como cardenal e inquisidor general (1507) y su desempeño como gobernador de Castilla (en 1506-1507 y 1516-1517) hasta su muerte en Roa cuando andaba en demanda del rey y futuro emperador Carlos V, hizo sentir su autoridad en todo el reino, donde fue el verdadero “hombre fuerte” de la política y de la Iglesia, y donde realizó las principales obras que le han valido el reconocimiento de la posteridad (…).

Cisneros humanista. La universalización del conocimiento

Las dos empresas más emblemáticas del espíritu humanista de Cisneros fueron, sin duda, la creación de la Universidad de Alcalá de Henares y la impresión de la primera Biblia Políglota. Con la primera quiso universalizar el conocimiento a la sociedad y con la segunda universalizar el mensaje de las sagradas escrituras demostrando, una vez más, las dos facetas que caracterizaron su vida y su obra; la intelectual y la religiosa, la de hombre de Estado y la de hombre de Iglesia.

Empresas militares de Cisneros. El cardenal soldado

En la Edad Media y hasta en el Renacimiento, era habitual que cardenales y religiosos participaran en las expediciones militares de conquista o contra ejércitos invasores. Pero el protagonismo de Cisneros en la batalla de Orán y en la campaña de reconversiones de Granada, ilustró numerosas escenas de pintura, tallas y esculturas de la época y ha quedó reflejado en numerosa documentación.

La eucaristía. Arte y devoción

El tramo final de la exposición concentra una espectacular colección de objetos de arte vinculados a la devoción religiosa. Es la mejor manera de emprender la segunda parte del recorrido expositivo por los lugares del templo catedralicio vinculados estrechamente a Cisneros que empiezan en la Sala del Tesoro, con la Custodia del Corpus Christi (o Custodia de Arfé, por el nombre de su autor).

 

    LA HUELLA DE CISNEROS EN LA PRIMADA

Además de la Capilla Mozárabe y de la ingente obra material e inmaterial que recoge la exposición, el cardenal eterno dejó una importante huella en otros puntos de la Catedral. Entre otras iniciativas, amplió la Capilla Mayor con un nuevo retablo e hizo construir una nueva Sala Capitular y la custodia de asiento que guarda la original de la Reina Católica… Terminado el recorrido expositivo, les proponemos algunas paradas obligadas para conocer el verdadero legado del cardenal eterno en la Primada.

Custodia del Corpus Christi. La mayor joya de la cristiandad

La Catedral de Toledo resguarda bajo su torre la Sala del Tesoro, una estancia destinada a proteger y custodiar las obras más valiosas del templo de Santa María y de la Iglesia toledana. En el centro, rodeado de algunos libros, báculos, cálices y objetos litúrgicos de gran valor, se alza la Custodia del Corpus Christi, la más importante de la Catedral, símbolo de una época de esplendor, fruto de la exaltación de la fe y origen de la tradición de un pueblo. Cada año, la ciudad de Toledo se vuelca con su “Fiesta Grande”, tradición y religiosidad popular en torno al Santísimo. Considerada de interés turístico internacional, la fiesta encuentra su razón en Jesús Sacramentado, que recorre las calles en una de las obras de orfebrería más importantes del mundo.

Coro. La reconquista de Granada

Comenzó a construirse antes de que Cisneros fuera elegido arzobispo primado, pero en varias escenas talladas de su sillería baja (realizada entre 1495 y 1498 por Rodrigo Alemán) aparece descrita la reconquista de Granada por los Reyes Católicos (1482-1492), ciudad a la que Cisneros se desplazó años después para asumir, personalmente, la campaña de conversiones.

Altar Mayor. Catequesis de piedra y madera

Cisneros ordenó al maestro Petit Jean diseñar un majestuoso retablo de madera policromada cuya construcción duró seis años (1498-1504). Bajo la dirección de Enrique Egas y Pedro de Gumiel, trabajaron grandes escultores como Felipe de Bigarny, Diego Copín y Sebastián Almonacid, y famosos pintores como Francisco de Amberes y Juan de borgoña.

Sala Capitular. La estancia esencial del cardenal

Construida entre 1504 y 1512, su antesala tiene las paredes recubiertas por armariadas donde se archivan las actas capitulares. El espacio principal tiene un banco de madera que hace las veces de sitiales para los prelados presidido por la silla arzobispal y, en las paredes, están pintados los retratos de todos los arzobispos primados de la historia. Los techos de artesonado mudéjar-plateresco son característicos del llamado “estilo cisneriano”.