La Primada, el refugio de “El águila de Toledo”

Pedimos un artículo de opinión a don Federico Martín Bahamontes, en abril, sin saber las fechas del homenaje que le rindió el mundo del ciclismo español en la capital toledana el pasado 6 de mayo. Y somos testigos de que, a sus 89 años, ha tenido una agenda tan apretada en los últimos meses como la de una estrella de rock and roll en plena gira; con sesiones de foto, entrevistas en la radio, programas de televisión, actos institucionales…Así que le propusimos mantener una conversación tranquila, pasados ya los compromisos, y descubrimos que, además del ciclismo, el “Águila de Toledo” ha tenido otra pasión; su amor por la Primada, donde se conserva el maillot amarillo que cedió a la catedral tras su victoria en el Tour de Francia en 1959. Estas son algunas de las reflexiones que nos regaló el primer español que, en sus 19 años como ciclista profesional, atesora también 6 maillots de montaña de la prestigiosa carrera francesa, y otras 200 victorias en distintas pruebas de ciclismo nacionales e internacionales.

“Sinceramente, no recuerdo cuándo fue la primera vez que visité la Catedral de Toledo. Pero debió ser de niño ya que mis padres vinieron a Toledo en busca de trabajo cuando yo tenía 6 meses…Luego llegó la guerra y tuvimos que irnos a Madrid con unos familiares, donde empecé a trabajar a los once años vendiendo leña que recogía en El Retiro, aunque acabé viviendo con una tía en Villarrubiales de Santiago porque éramos muy pobres y pasábamos muchas necesidades…

…No volví a la Catedral hasta que regresamos a Toledo, después de la guerra, donde seguí trabajando en el campo, como vaquero, y luego en una verdulería…y ahí empecé a ir en bicicleta sin marchas, con un desarrollo 18/46, con la que recorría los pueblos después del mercado para conseguir algo de dinero vendiendo pan, harina, garbanzos. Lenjetas o lo que podía…y con esa bicicleta gané mi primera carrera, a los 17 años, porque ya iba entrenado con tantos kilómetros para buscar estraperlo…

…Durante los veinte años como ciclista profesional viajé mucho, y he estado en todos los lados, en Roma con el Papa y en París con De Gaulle, pero siempre que llegaba a casa venía a la Catedral a rezar y a pedirle al Señor que me diera fuerza para seguir compitiendo…y aunque toda mi vida ha sido una lucha, estoy muy agradecido…

…Recuerdo con especial cariño el día de mi boda en la catedral, en el 56, porque me casó el Obispo…y el día que regresé a Toledo con el maillot amarillo del Tour, en el 59…por eso decidí donar el maillot a la Primada, como agradecimiento a todo lo que me ha dado en la vida…”

 

– Federico Martín Bahamontes –

 Ciclista Profesional